Si alguna vez os habéis preguntado cómo hacer la purpurina comestible, este es vuestro post. De una manera sencilla y económica podemos tener purpurina comestible de los colores que queramos. Estas que hice fueron parte del regalo del amigo invisible que hacemos en casa por Reyes. Me tocó mi hermana y me inspiré en su blog para preparar un regalo personalizado.
Lo primero es hacerse con los materiales, necesitaremos:
- Goma arábiga en polvo
- Colorantes alimentarios (yo he utilizado colorantes en gel de Wilton)
- Fuente plana de vidrio apta para el horno (he utilizado el plato del microondas)
- Rasqueta, vale la de limpiar la placa vitrocerámica con una cuchilla nueva
- Botes de cristal cucos para envasarla
- Agua caliente
El único que me planteó dificultades fue la goma arábiga en polvo, pero después de mucho peregrinar, lo conseguí en una farmacia. Tan sólo hay que pedir goma arábiga en polvo y lo encargan al laboratorio. La goma arábiga es una sustancia vegetal comestible, utilizada tanto en elaboraciones culinarias como en la preparación de algunos medicamentos, así que es seguro utilizarla.
No hice demasiadas fotos del proceso, sobre todo porque mis uñas quedaron en un estado penoso como para enseñarlas XD. Para preparar la goma arábiga, hay que mezclarla a partes iguales con agua caliente, remover bien y tamizar el resultado con ayuda de un colador. Sale bastante purpurina, así que es conveniente comenzar con pequeñas cantidades. En un plato separamos parte de la mezcla y añadimos colorante alimentario poco a poco, hasta conseguir el tono deseado.
En la fuente de cristal pintamos con un pincel una capa fina de la mezcla coloreada. La introducimos en el horno precalentado a 150ºC y, siempre con la puerta abierta del mismo, esperamos a que la superficie quede con un efecto craquelado. Observaremos que el color se intensifica al calentarse, será cuestión de práctica que obtengamos el tono deseado.
Ahora viene la parte tediosa... rascar con la rasqueta e ir cortando la capa craquelada de purpurina. Hacedlo con cierto cuidado porque las escamas resultantes pueden volar por toooda la cocina, creedme. Dependiendo del uso la podéis cortar más o menos fina.
Y repetiremos tantas veces como sea necesario para obtener la cantidad y los colores deseados. Bien cerrada en botecitos de cristal dura y dura como los conejitos del anuncio, sólo hay que tener cuidado con la humedad. Por esta razón y porque era para regalar, busqué unos botecitos de cristal con tapa de color a juego con la purpurina. Perdonad la calidad de las fotos, pero las hice a las tantas y sin luz adecuada...
Y terminaron debidamente etiquetadas en el regalo, donde además incluí papel encerado decorado para repostería y bolsitas para galletas que compré en Tape Pink (tienda muuuy recomendable de la que hablaré en otro post), unos cupcakes de crochet de mi amiga Lara, de Bartolita, unas pizarras para decorar mesas dulces que hice (pronto el paso a paso en el blog) y un juego de agenda y libreta de bolso que hizo Isabel (tiene cosas preciosas en su perfil de FB, merece la pena echarle un ojo, o dos o mil). Creo que quedó bastante completito.
Coloqué todo en una caja de madera forrada con un precioso papel de cupcakes (no se ve, pero ¡era precioso!). Etiqueté cada regalito a mano y lo empaqueté en papel seda y papel kraft, con un toque de baker's twine, también de Tape Pink. ¿Qué os parece? A mi hermana le encantó...