Noooooooo, no soy representante de LEGO, ojalá, pero hay tantos en casa que bien podría serlo. A mi hijo le encanta todo lo relacionado con las construcciones, así que desde muy pequeño ha tenido LEGO, por lo que el tema para su séptimo cumpleaños estuvo claro desde el principio.
Como aún celebramos los cumples de los niños en familia y no somos de ir a centros de ocio (a las bolas, las mamis me entendéis) me preparé mentalmente para la avalancha que llega a casa de abuelos, titos, primos y demás... Y además de mentalmente, empecé a preparar todos los detalles que me gustan para un cumpleaños de mis peque-terremotos.
Para sus compañeros del cole, este año no he tenido tiempo de hacer galletas ni pastel, la rehabilitación me come las tardes, así que eché mano de las chuches, buscando que tuvieran los colores básicos que iban a predominar en la decoración y preparé las bolsas con un cierre en los mismos tonos. Y para mi eterna vergüenza no les eché foto alguna (buuuuuuuuh)
Para los invitados menores de edad de la fiesta preparé unas cajas en forma de piezas de LEGO con ayuda de la Cameo, les puse una bolsa de chuches, un huevo de chocolate y una bolsa de emergencia fiestera con una libreta de dibujos para colorear (¿adivinas la temática?) que me descargué de internet, imprimí y cosí a máquina (más bien las cosió mi mami ;P) y una caja de ceras de colores.
Decorando la mesa colocamos una guirnalda felicitando al cumpleañero con este tipo de
letra y en colores básicos para conseguir homogeneidad en la decoración.
Además de la tarta, preparé gelatina de colores como experimento para los peques (y los no tan peques ;) ) y fue un éxito a repetir. También hubo chuches y galletas hechas por mi sister del alma que estaban riquísimas, con un sabor y aroma a vainilla espectacular. El cartel de Lego lo hizo el cumpleañero, feliz de participar en los preparativos.
Para la tarta, después de agobiarme un poco visitando Pinterest en busca de inspiración, me decidí por hacer el cabezón de Lego y decorarlo con piezas comestibles de chocolate, que hice con Candy Melts de colores y un molde de silicona de Maria Lunarillos... Siento decir que son tan adictivas las piezas de chocolate, que se han convertido en un "must" y la peque de la casa se pirra por ellas... y digo lo siento porque son una lata de hacer XD. Y aquí tienes el monstruo de tarta que salió... monstruo porque hubo tarta para una semana, pero estaba ñaaaam ñaaaaaam, rellena de nata aromatizada con fresas, ¡espectacular!
Miedo me doy, ya pensando en el cumple del año que viene... ¡Espero verte por aquí entonces!